LAS FLORES DEL MAL

El sentido de una inalcanzable perfección moral en la religión, en la filosofía y como ideal civilizatorio pareciera palidecer cuando nos enfrentamos al problema del mal, a la autoflagelación humana sin importar su origen. Sin embargo, el cine nos invita a habitar críticamente el mundo del mal y de las violencias que ya habitamos,  de las pulsiones y pasiones humanas que por miedo queremos relegar al dominio de lo incomprensible o al de lo no humano: lo monstruoso. El terror de lo que no podemos suprimir implica un viaje del sueño dogmático de la razón, que controla los afectos, al reino de la pesadilla o del autoanálisis. Podemos elegir. Ello no debe implicar la rendición a hacernos cargo de nuestro mejoramiento social o renunciar a la responsabilidad individual o social correspondiente, sino a emprender un proceso de identificación en un espejo autoreflexivo, que va más allá de potenciar la capacidad meramente intelectual del hombre. Desdiabolizemos el mal: ¿qué me estás diciendo sobre mí mismo?, ¿qué fuerzas motivan a quienes recurren a la violencia?, ¿cuál es el rol de la sociedad y de la familia en lo que soy?

Los personajes de este universo morirán, destruirán, se dañarán y se llevarán tras de sí el deseo que les fue arrebatado por órdenes políticos excluyentes, experiencias de guerra fatales o violencias cotidianas que afectarán las formas de ser de estos seres internados en la soledad oscura del orden del capital. La promesa burguesa del progreso, el beneficio y el avance para toda la población se evidenciará como falso, el mantenimiento de relaciones de dominación de la vida por parte del clero, el individualismo, la indiferencia para con el sufrimiento, la contradicción del origen y sentido de la propiedad, la máxima producción sin límites y obreros sin organización y sentido. El mercado humano y de la producción instituirá espacios para el trabajo, las relaciones de clase y los lazos comunitarios. La ciudad industrial creará un sujeto trabajador cansado, no adherido al nuevo espacio en el que se lo explota junto a la posibilidad de la distracción falaz en espacios íntimos de la ciudad. Se resquebraja la ciudad idealizada, se desacraliza y se vacía de sentido por sí misma. Se vuelca este espacio a una vacuidad de los objetos y de las personas bajo el cálculo monetario de las relaciones sociales, las transformaciones del espacio público y la dinamización del deseo del otro desconocido para sí mismo y la ciudad. 

Escrito por Jazmin Muñoz Gálvez y Andrés Amado

NITRAN

Justin Kurzel. 2021. 112 min. Australia.
El monstruo asesino, el fatal caníbal, el perverso convulso o el enfermo mal tratado han sido lugares de nuestra teratología moderna de la violencia actual. Seres excluidos, maltratados de forma importante en la concepción y en la infancia, desligados del tejido social por diferentes circunstancias han hecho emerger el otro lado constitutivo de lo humano, su negatividad perversa. A la hora de evaluar acontecimientos que ya ocurrieron esta película nos sumergirá en la vida cotidiana de un asesino prosopografiado por Justin Kurzel. En nosotros estará el diálogo ético alrededor de un drama que parece lejos de terminar.

Función:
Sábado 5 de noviembre – 6pm – Sala Olimpia – Teatro los Fundadores

DER GOLDENE HANDSCHUHAKA

Fatih Akin. 2019. 110 min. Alemania.
Un despiadado asesino en serie siembra el terror entre los habitantes de la ciudad de Hamburgo a principios de la década de los 70. 

Función:
Sábado 29 de octubre – 3pm – Sala Fundadores – Teatro los Fundadores

BLUE VELVET

David Lynch 1986. 120 min. Estados Unidos
La particularidad del terciopelo se encuentra en su capacidad de distribuir uniformemente sus hilos con un pelo corto y a la vez denso. Este tejido reúne la profundidad y la belleza de la densidad. Un terciopelo azul vendría a significar la suavidad de una tristeza removida desde un recuerdo primigenio de la ontología inconsciente liminal de Lynch para con sus películas. La sensación de suavidad aun en el extremo más violento haría emerger la dimensión del sueño de lo imaginado y la pesadilla de lo real. Disfrutaremos una de las primeras películas abismalmente más lacanianas de David Lynch.

Función:
Martes 1 de noviembre – 2pm – Sala Olimpia – Teatro los Fundadores